Querida Mujer Faro, ¿Cómo te sentís transitando estos días de junio?
Yo me siento alocada, estoy en una etapa clave de tomar importantes decisiones, sumada a la rutina familiar y laboral de las cuales siempre estoy atenta.
La casa, como te conté en el mail anterior, aún está tomada por el caos, ¡Solo yo pretendía tener todo acomodado en un mes y medio de la mudanza!
Hace unos días, en profunda meditación, sentí que necesitaba habitar una nueva palabra, tomarme un tiempo de pausa interior para iluminar una zona de mi que sentía en penumbras.
Y como creo en la magia de la comunidad y en tejer RED junto a quienes resuenen, invite a las participantes del círculo de mujeres a practicar y compartir sus resonares habitando la palabra "SILENCIO"
Para la Real Academia Española el silencio es la abstención de hablar, falta de ruido, pausa musical.
Te voy a contar lo que siento y aprendí del silencio. Para eso te invito a respirar profundo, consciente y sentir.
El silencio es más que la ausencia de sonido; es un momento de calma, al que me invito, en medio del bullicio cotidiano.
Es el espacio que me brinda la oportunidad de mirar hacia adentro, de encontrarme conmigo misma y escuchar mi voz. En este espacio de quietud, encuentro la posibilidad de ver, comprender, sanar, reconstruir o simplemente contemplar mi verdad para poder discernir lo que sí y lo que no resuena en mi.
En el silencio encuentro la introspección necesaria para explorar los rincones más íntimos de mi alma. Es un tiempo para detener la marcha, respirar y permitirme sentir las emociones y sentimientos que me habitan sin distracciones. En esta comunión con el ser, puedo identificar aquello que me causa dolor, aquello que me colma de alegría y lo que realmente necesito.
Es también un momento para escuchar mi voz, aquella que a menudo se pierde entre el ruido del mundo exterior.
Te invito a entrar a tu silencio, allí nuestras palabras internas se vuelven más claras, revelándonos verdades que quizás habíamos ignorado. Es en este encuentro con nuestra voz interior que encontramos la fuerza para tomar decisiones conscientes y alineadas con nuestros valores más auténticos.
El silencio nos invita a reconstruirnos, a sanar las heridas emocionales y a cultivar la paz interior. Nos brinda la oportunidad de liberarnos de cargas innecesarias, de dejar ir lo que ya no nos sirve y de abrazar lo que realmente nos nutre.
Al contemplar nuestra verdad en el silencio, adquirimos la claridad necesaria para elegir qué sí y qué no queremos en nuestras vidas. Nos permite discernir entre las opciones que se nos presentan, honrando nuestras necesidades y prioridades.
En resumen, el silencio es un regalo que nos damos a nosotras mismas.
Nos invita a sumergirnos en nuestro mundo interior, a escuchar nuestra voz más auténtica y a tomar decisiones desde un lugar de sabiduría interna. En este espacio de quietud encontramos la fuerza para ser fieles a nuestra alma y vivir una vida alineada con nuestro ser más profundo.
Para acompañar el proceso de habitar el silencio grabe una hermosa meditación, te dejo el enlace para que puedas escucharla.
Espero que este texto capture la esencia del silencio como un momento de calma, introspección y encuentro con vos misma.
¡Te abrazo fuerte! ¡Gracias por ser parte de esta comunidad!
Espero recibir tu respuesta, podés escribirme a mi mail karinakitroser@gmail.com
Con amor.
Kari
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